Compartir toalla en la playa con iguanas y cangrejos, sobrevolar la selva, ver volcanes en activo, saludar a ardillas y mapaches que se te acercan en los parques naturales, bañarte en aguas termales procedentes de la montaña… estas son sólo algunas de las actividades que puedes hacer si visitas Costa Rica. Un lugar más que recomendable para evadirte de la rutina diaria y cargar positivamente las pilas en un entorno natural.
Mi estancia ha sido muy breve, tan sólo una semana y centrada en el interior y la costa del pacífico, por ello traté de exprimirlos al máximo. El viaje lo realicé con mi hermana, e aquí el primer punto a destacar. Creo que es un lugar para ir con un grupo de amigos, porqué resulta mucho más divertido. Nosotras en principio íbamos solas, pero tuvimos la suerte de movernos siempre bien acompañadas, y la improvisación nos salió redonda.
Y digo esto, porque caminar por la montaña, moverte por una ciudad tan distinta a la tuya o darte unos baños en unas grandes termas siempre es más entretenido con un grupo de gente, que observa y comenta, y lo que tú no ves lo termina viendo otro. Más que un lugar para ir sólo o en pareja yo lo recomendaría en grupo. El hecho de ir en grupo también te da la opción de alquilar un vehículo o coger taxis de forma más económica.
A pesar de que el país tiene una red fuerte de transporte para moverte de un lugar a otro, lo cierto es que no es la comodidad y rapidez de un coche privado, algo a tener en cuenta si vas un periodo corto de tiempo.
El segundo punto a destacar, antes de adentrarnos en el lugar, es la época del año cuando se visita. La mejor época es la de abril, mayo, junio cuando allí es verano. En mi caso he estado a finales de agosto, lo que son fechas invernales en Costa Rica y cada día el cielo amanecía nublado y había lluvias, lo propio de una zona tropical en esas fechas.
Así que el tiempo lo sobrellevamos como pudimos, pero en caso de poder escoger, recomiendo la época de abril a junio (yo siempre tengo las vacaciones en agosto por tanto no tenía otra opción).
En cuanto alojamientos, pretendimos sólo buscar sitios para dejar el equipaje seguros, ducharnos y dormir. En nuestro caso pasamos la primera y la última noche en un hotel regentado por un padre y un hijo de Barcelona situado en Alajuela, a 10 minutos del aeropuerto en taxi. Eran amigos de un conocido de mi hermana, y fue un total acierto, por el recibimiento, el trato y el lugar estaba muy bien, se llama Villa Pacande.
La segunda y la tercera noche las pasamos en El Arenal, concretamente en el Hotel las flores Lodge, por recomendación de los propietarios de Villa Pacande. A pesar de la amplitud d elas habitaciones, la buena ubicación y el riquísimo desayuno de Gallo Pinto yo me quedo con el trato de Floryn el propietario y su hija, siempre riendo, muy amables y contando chistes a cada minuto. Y la cuarta y quinta noche las pasamos en las Cabinas Ana de Quepos.
Era un lugar muy sencillo que costaba 10 dólares la noche por persona pero resultaba muy acogedor y la atención no pudo ser más agradable.
Con los pocos días que teníamos queríamos ver lo máximo de las zonas que habíamos elegido. La primera zona fue Alajuela ciudad, allí visitamos lo que eran las plazas, ayuntamientos, mercados, tiendas, centros comerciales… la segunda zona era Fortuna, El Arenal. De camino visitamos el Parque Nacional Volcán Poas.
Una vez en el Arenal, estuvimos en la Fuente, el las termas Baldi y realizando conopy y tarzan swing en unas instalaciones. Y la tercera y última parada fue Quepos y la visita al Parque Nacional Manuel Antonio. En la que disfrutamos de increibles playas y la fauna del lugar.
La seguridad era el tema que más me preocupaba. Si bien cuando bajamos del avión nos dieron un folleto con algunas advertencias que te asustaban un poco la realidad es que en todo momento nos sentimos tranquilas y seguras. Cabe reconocer también que nos movimos por zonas muy concurridas y los desplazamientos de un lugar a otro los realizamos acompañadas por gente que conocíamos salvo en una ocasión que cogimos un autocar estatal durante 5 horas de Quepos al Aeropuerto de San José. Y en esa ocasión también pudimos estar tranquilas.
Visitando webs sobre viajes y foros de turistas que habían visitado Costa Rica, anoté una serie de calles y estaciones de la capital donde no se recomendaba pasar sobre todo de noche (Estación de la Coca Cola, Hotel de Rey, Pavas, Tierra Dominicana, Parque Central, Parque Morazán, Calle 6, 8, 10 y 12, Calle León XIII).
Y así mismo leí muchas advertencias sobre la provincia de Limón. En mi caso no la visité, pero si conozco gente que ha estado y no les ha ocurrido nada. Los ticos a los que le pregunté me hablaban de una zona de contrabando con importantes narcos operando en la zona… Lo que también recuerdo de la primera noche, es que cenamos con un grupo de madrileños y a dos de ellos les habían robado en un asalto sin violencia y sin que se dieran cuenta: pinchándoles la rueda del coche en un semáforo y ofreciéndoles ayuda.
Les quitaron los teléfonos y les abrieron la cartera para extraerles sólo el dinero en efectivo. Los dos chicos se dieron cuenta horas más tarde de lo ocurrido. En general considero que si te mueves con mucha atención, por zonas concurridas y sin hablar con ningún tipo de desconocido es un lugar seguro para visitar.